En la actualidad avanzamos a pasos agigantados en muchos aspectos, y el mundo de la estética no iba a ser diferente.
Y es que, ha surgido una técnica nueva de maquillaje semipermanente, el nanoblading.
El objetivo principal del nanoblading es conseguir un efecto de ceja dibujada con lápiz, perfecto a la vez que natural.
La principal diferencia de esta técnica con otras técnicas de maquillaje semipermanente son las herramientas utilizadas.
Ya que, son distintas, pues se trata de agujas más finas y flexibles, que ayudan a conseguir un resultado más preciso.
Por ello, debemos ponernos en manos de un experto que posea gran destreza a la hora de trabajar.
O, por el contrario, puede dañar gravemente los resultados.
Como hemos mencionado, en el nanoblading las agujas tienen un diámetro más fino y el efecto, es mucho más natural.
Por lo tanto, a su vez, la ceja es más favorecedora, ya que no destaca su artificialidad.
Pero, ¿cómo se realiza esta técnica? Primero, se limpia la piel del cliente a conciencia, antes de comenzar.
A la vez que, se le realizan las pruebas de la alergia a los pigmentos, y se hace un estudio a conciencia.
Con dicho estudio, lo que se pretende es determinar la forma de la ceja que más nos favorece y elegir el tono exacto del pigmento.
Pues, el color es un aspecto más delicado, debido a que debemos tener en cuenta el sub-tono de la piel, es decir, los matices.
La primera vez, se realiza todo el diseño en una sola sesión, que dura aproximadamente 2 horas y media, y la cicatrización posterior se alarga unos 7 días.
Aunque la cicatrización depende de algunos factores, ya que, se recomienda evitar el maquillaje y limpiar la zona con suero fisiológico no salino.
También debemos evitar el sol y las cabinas de bronceado artificial.
Hemos d4e recordar que, esta técnica consigue unos resultados muy parecidos a la micropigmentación, aunque se aleja del microblading.