Es muy común oír hablar de ambos conceptos, siendo habitual confundirlos en ocasiones.

De la misma forma que, antes de someternos a cualquiera de los tratamientos debemos tener claro en qué consisten.

De esta manera, podremos decantarnos por un tratamiento u otro sopesando sus ventajas, sus usos, formas de aplicación y resultados.

Escogiendo el tratamiento que creemos que mejor se adaptará a nuestros gustos y necesidades.

Por un lado, la micropigmentación implanta pigmentos a nivel epidérmico o superficial, dando así color y forma a distintas partes del cuerpo.

Aunque la micropigmentación se considera una técnica de maquillaje permanente, en los últimos años se ha recurrido a la micropigmentación como proceso regenerativo.

Es decir, para camuflar imperfecciones tales como cicatrices, e incluso para disminuir o mejorar enfermedades que generan pérdida de pigmentación.

Como sería el vitíligo o la despigmentación de la piel.

Asimismo, la mcropigmentación puede realizarse en distintas partes del cuerpo: ojos, cejas, labios, cuero cabelludo, e incluso en pechos o estrías.

Está claro que las distintas zonas que permiten la aplicación de la micropigmentación, es una ventaja, pero su duración también lo es.

Pues, la misma oscila entre los dos y tres años desde su implantación, aunque depende del tipo de piel, la edad, los cuidados llevados a cabo, etc.

Mientras que, el microblading, se trata de un proceso estético que permite tener unas cejas perfectas. Pues permite cambiar la forma y el color de las mismas.

Esta técnica está indicada especialmente para aquellas personas que quieren acrecentar el volumen de sus cejas, de la forma más natural posible.

Aunque, el resultado del microblading es más natural, al realizarse pelo a pelo, una de las desventajas es que no puede realizarse en tantas zonas del cuerpo como la micropigmentación.

Y su duración es inferior, respecto a la micropigmentación, pues la duración del microblading oscila entre el año y el año y medio.

Y como ocurre en la micropigmentación, su duración también depende de factores como el tipo de piel, la edad y sus cuidados.

Una vez conocidas las ventajas y desventajas de ambos tratamientos, solo nos queda decidir cuál de ellos será el adecuado para aplicarnos.