Como cualquier tratamiento estético, se deben llevar a cabo una serie de cuidados para un mantenimiento adecuado.

Y la micropigmentación, no es distinta de otros tratamientos. Sin embargo, sus cuidados son simples, a diferencia de los que requieren otros tratamientos faciales.

Aunque es difícil y muy extraño que el pigmento desaparezca por completo, existen factores como el agua, la luz del sol u otros elementos, que favorecen el desvanecimiento del mismo.

Pero, hay que tener en cuenta que, dicho desvanecimiento se produce mediante una exposición larga y continuada a dichos elementos.

Sin olvidar que, hay pigmentos, nos referimos a los tonos claros, que son más propensos a la desaparición.

Y, como hemos mencionado, existen unos cuidados mínimos para el maquillaje realizado con micropigmentación.

En primer lugar, se recomienda utilizar protector solar, con un factor mínimo de 45, en la zona micropigmentada, cuando vayamos a estar sometidos a la exposición solar continua.

También, podemos aplicarnos vaselina sobre la zona tratada cuando vamos a exponernos al agua, por ejemplo, al ir a nadar.

Así como, hemos de tener en cuenta que los productos tópicos que utilicemos deben ser suaves.

A su vez, se recomienda que, si nos aplicamos un producto nuevo, debemos hacer una prueba en una zona discreta, para comprobar si el mismo favorece la pérdida del pigmento.

Hay que tener en cuenta que tratamientos como peelings o las exfoliaciones, deben evitarse.

Además, deben evitarse los medicamentos que reduzcan los pigmentos.

Con lo que respecta a la frecuencia de los retoques, dependen de muchos factores, especialmente de los cuidados que se le realicen.

Aunque por lo general, existen unos plazos estándares:

–          Los pigmentos claros, como hemos mencionado anteriormente, tienden a desaparecer más rápido.

Por lo tanto, debemos realizar más sesiones de retoque, cada 10-12 meses.

–          Los pigmentos de tonos marrón medios, requieren retoques cada 12 meses.

–          Mientras que, los pigmentos de tonos oscuros o negros, se recomiendan retoques cada 18-24 meses.

Por último, no debemos olvidar que, siempre se necesitan retoques, que no tienen nada que ver con la habilidad del especialista que lo aplica.